Siglo XVIII 3. Las novedades del mobiliario
Además de los cambios de estructura y decoración, son fundamentales las novedades en el mobiliario, que se hace más acogedor.
El siglo XVIII es el momento del triunfo de la ebanistería francesa, que crea unos muebles caracterizados por materiales alegres y agradables, la gracia de las formas, en las que dominan las líneas curvas, las decoraciones de exquisita factura y la comodidad de su diseño.
A partir del siglo XVII hay un redescubrimiento de la técnica del enchapado, imprescindible para el trabajo de las maderas exóticas, como el ébano, que además de caras son duras y quebradizas, no aptas para ser utilizadas como madera maciza. Además, esta técnica permite utilizar paneles curvos, y esto favorece, en el siglo XVIII, la aparición de una gran diversificación de tipos de muebles y repertorios, que se modifican conforme a las nuevas exigencias
En la época de Luis XIV, en Francia, el mobiliario se elevó a categoría de Bellas Artes, pero se ordenaba de modo muy estricto con el exclusivo fin de realzar los valores de la arquitectura y para ser admirado. La silla, que conservaba un interesante papel en el protocolo, no estaba pensada para sentarse y seguía exigiendo posturas incómodas. El cambio tiene lugar en el reinado de Luis XV, al desaparecer el papel jerárquico de la silla, prevalecen intereses hedonísticos y se impone el deseo de sentarse cómodamente. En realidad los franceses resolvieron el tema de modo bastante racional, pues sin dejar los modelos tradicionales y formales del siglo XVII, crean otro tipo de asientos que permiten posturas más relajadas. A los primeros los llamaron "siéges meublants", muebles arquitectónicos y de respeto, que formaban parte del decorado y no se movían de sitio, como el fauteuil á la reine, pesado, de respaldo recto y apoyado contra la pared. Los segundos recibían el nombre de "siéges courants", por ser móviles y de uso diario, aunque también se les llamó fauteuils en cabriolet. No tenían lugar fijo y eran ligeros y fáciles de trasladar, permitiendo agruparse en torno a una mesa, formar un corro....Son característicos del salón de estar y del tocador y a su indudable gracia añaden una gran comodidad.
Sentarse se ha convertido en una forma de descanso, por tanto las sillas se adaptan a las actitudes despreocupadas de la época; permiten la charla y la intimidad y también posturas informales, como cruzar las piernas o colocar el brazo en el respaldo, a la vez que tienen en cuenta la amplitud de los vestidos y la altura de los peinados femeninos. Según sus características, reciben una variedad de nombres encantadores y afectuosos, de género femenino (chauffeuse, voyeuse, veilleuse, marquise, duchesse...) y, a veces, tienen clara inspiración oriental ( ottomane, sultane, lit à la turque...).
Tras la lectura del texto y análisis de la ilustración, contesta estas cuestiones:
1.-Diferencias entre el mobiliario Luis XIV (siglo XVII) y Luis XV (siglo XVIII)
2.-¿Qué novedades técnicas permitieron el perfeccionamiento de la construcción de muebles?
3.-Los asientos son elementos muy representativos de estos cambios. Señala brevemente los rasgos que consideres han variado en estos en el siglo XVIII.
4.- ¿Qué relación se puede establecer entre los cambios formales del mobiliario y la forma de vida del siglo XVIII?.
5.-Haz un pequeño comentario (no más de cinco líneas) sobre los muebles que aparecen en la imagen del inicio del ejercicio.
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